El repensar de la transformación urbana: lotes baldíos como espacios productivos en Estados Unidos. Por Sheila Gachuz

En las ciudades modernas del mundo los “lotes baldíos” son reconocidos como un enigma dentro de las problemáticas actuales de la planificación urbana. Existe un amplio debate de como devolver a estos lotes su uso productivo con beneficios no sólo económicos, sino incluyendo una transformación en la dinámica social y ecológica dentro del contexto donde se ubican.

En Estados Unidos, este problema ha sido el centro de atención de organizaciones no gubernamentales, así como de activistas y miembros de la comunidad. En los últimos años estos espacios abiertos están siendo considerados como un recurso común y en consecuencia el interés por su reutilización se ha expandido a otras ramas de conocimiento. Sin embargo, no existe un concepto que defina de manera completa a estos espacios, en Estados Unidos, un lote baldío se puede considerar como un espacio el cual carece de edificios y que es visiblemente descuidado (EPA, 2013), por lo que estos espacios se plantean como un obstáculo para la revitalización de la ciudad, ya que manifiestan el abandono dando un aspecto de inseguridad a los vecindarios donde se localizan, teniendo un impacto negativo en su imagen y repercutiendo en el bienestar de sus residentes.

Ejemplos de solución a esta problemática se han dado en algunas ciudades como Filadelfia, Chicago o Los Ángeles, donde se ha incluido la restitución de estos lotes en usos más productivos con el objetivo de diversificar los factores económicos, políticos y ambientales (Pagano & Bowman, 2000). En la ciudad de Filadelfia con frecuencia estos espacios son defendidos por las organizaciones no gubernamentales ante la inversión privada con el fin de ser autogestionados por los miembros de la comunidad a través de iniciativas de desarrollo y revitalización, las cuales se centran en una búsqueda permanente del recurso común como por ejemplo creando espacios para la agricultura urbana, en particular “huertos comunitarios”.

La agricultura urbana es parte de la agroecología, y es una práctica establecida especialmente para las ciudades. Es una alternativa de producción y distribución de alimentos la cual aprovecha los recursos y la participación de los agricultores locales así como los espacios abiertos en la ciudad, como patios, estacionamientos, techos, parques, espacios públicos o privados y muy a menudo lotes baldíos. En las últimas décadas, el movimiento de la agricultura urbana en los Estados Unidos, a través de huertos comunitarios ha sido visto como una respuesta a los cambios socio-económicos y las tendencias demográficas.

Los huertos comunitarios y lotes baldíos son cada vez más confluentes en una serie de cuestiones políticas y de planificación urbana. Representan sitios donde los residentes producen alimentos frescos y accesibles, generan capital social e incluso ingresos, también abordan muchas preocupaciones urgentes relacionadas con la seguridad alimentaria, la sostenibilidad urbana y la revitalización de los espacios abiertos en la ciudad, por lo que los lotes baldíos son el espacio idóneo para su creación. Desde Green Guerrillas, movimiento iniciado en Nueva York a principios de 1970, los gobiernos municipales en EE.UU. han trabajado en el diseño de una amplia gama de políticas y enfoques para reducir y limpiar la cantidad de lotes baldíos en el país. En las últimas décadas, los horticultores se han convertido en actores clave en la defensa, ya que la siembra de hortalizas y flores es una parte significativa de su vida cotidiana dentro de la ciudad, sino que también reproduce una continua narrativa en apoyo a diversas causas de su entorno, como la educación ambiental, esparcimiento, salud física y mental, el embellecimiento y la reducción de la delincuencia en su vecindario, entre otras.

Sin embargo, los residentes de estas ciudades se enfrentan a muchos más retos, como la contaminación del suelo, la falta de recursos y principalmente el futuro a la tenencia de tierra, debido a que gobiernos locales todavía visualizan están iniciativas como temporales lo que nos pone en la necesidad de examinar las tensiones entre la transformación de lotes baldíos en espacios verdes y productivos. Históricamente los huertos comunitarios han sido una solución temporal a crisis como la Guerra Mundial, sin embargo, han sido elogiados por su trabajo y sus beneficios, por lo cual es necesario cambiar la perspectiva de que son un vendaje subyacente a la problemática, porque para muchos horticultores estos espacios son significativos y se necesita ver esta solución como permanente, ya que son un componente positivo del paisaje urbano y cultural.

En la ciudad de México existe un modelo de huerto comunitario ubicado en la zona de Tlatelolco de la iniciativa Cultiva Ciudad e iniciado en 2012 y ha ido desarrollándose con un alto potencial para la comunidad, sin embargo su réplica implicará esfuerzos destinados a desarrollar seguridad de la tenencia de tierra y cambios de uso de suelo así como la intervención de incentivos para el mejoramiento del agroecosistema. Finalmente, la idea de transformar lotes baldíos en espacios verdes y productivos es una iniciativa llena de potencialidades la cual debe abordarse colectivamente identificando las necesidades de la comunidad y considerar a los lotes baldíos como una oportunidad para generar estrategias en caminadas al beneficio tanto de los residentes como de la ciudad misma.

Referencias
Pagano, M and A. Bowman. 2000. Vacant land in cities: An urban resource. The Brookings Institute: Center on Urban and Metropolitan Policy.
EPA –US Enviromental Protection Agency. 2013. What are Vacant Lots?
Revisado 12/12/2014 http://www.epa.gov/region1/eco/uep/vacantlots.html


Enero, 2015

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